Los humedales y el clima: La Convención sobre los Humedales en la COP29
En la COP29 de la CMNUCC, los humedales se están destacando por su protagonismo creciente como soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a los desafíos del cambio climático.
Los humedales –incluidas las turberas, los manglares y las marismas– almacenan carbono, regulan los sistemas hídricos y favorecen la biodiversidad, lo que contribuye considerablemente a la resiliencia frente al cambio climático. Por ello, muchos países del mundo están empezando a incorporar los ecosistemas de humedales en sus estrategias climáticas como componentes esenciales para la reducción de las repercusiones del cambio climático.
Participación de la Convención sobre los Humedales en la COP29
En la COP29, la Convención participará en el Pabellón del Agua para el Clima junto a más de 70 organizaciones aliadas, a fin de atraer la atención sobre el nexo que existe entre el clima y los ecosistemas relacionados con el agua. En el Pabellón se celebrarán debates sobre el papel que desempeñan los humedales en la adaptación al cambio climático, el fomento de la biodiversidad y la reducción del riesgo de desastres.
Asimismo, la Convención participa en la presentación del Informe de ONU-Agua que analiza la función de los recursos hídricos para la mitigación del cambio climático. Este documento aporta información sobre el papel de los humedales en la captura de carbono, la seguridad hídrica y la estabilidad ecológica, y subraya su importancia en las estrategias climáticas mundiales.
Los humedales como elemento clave para la adaptación y la resiliencia
Uno de los temas de la COP29 es la promoción de soluciones que refuercen la resistencia a los efectos climáticos, y los humedales ejercen un papel crucial en estas iniciativas. Los humedales costeros, como los manglares, reducen las mareas de tempestad y absorben el aumento del nivel del mar, y muchos humedales continentales ayudan a controlar el flujo del agua y disminuir el riesgo de inundaciones repentinas.
En áreas urbanas, la integración de los humedales en la planificación puede propiciar la creación de ciudades resistentes al cambio climático que soportan mejor las condiciones meteorológicas extremas. A medida que se intensifican las repercusiones del cambio climático, la protección y ampliación de los humedales en las ciudades pueden servir para el control de inundaciones, un efecto refrescante y la creación de espacios verdes, factores que contribuyen a entornos urbanos más saludables y una mejor calidad de vida.
Intensificación de las iniciativas de conservación de los humedales
A través de iniciativas como el Freshwater Challenge (Desafío del Agua Dulce), que se proponen restaurar 350 millones de hectáreas de humedales hasta el año 2030, la conservación de los humedales está aumentando a escala mundial.
Para alcanzar estos objetivos será necesario que los países integren los humedales en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y consigan los recursos para financiar estas medidas de conservación. Algunas resoluciones de la Convención sobre los Humedales, como la Resolución XIV.6, instan a los países a que incorporen la conservación de los humedales en sus estrategias climáticas, aprovechando los ecosistemas de humedales como soluciones basadas en la naturaleza que favorecen la estabilidad climática.
A medida que avanza la COP29, la participación activa de la Convención demuestra la importancia de los humedales para alcanzar los objetivos de resiliencia climática y biodiversidad. Si se coordinan las acciones e inversiones, los humedales pueden contribuir a mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad de vida de comunidades de todo el mundo.