¿Qué futuro para los humedales de la República Dominicana?
El Secretario General de la Convención de Ramsar reiteró la semana pasada su preocupación acerca de la nueva ley sobre áreas protegidas aprobada por el Parlamento de la República Dominicana pero actualmente demandada por inconstitucionalidad.
En ocasión de la toma de posesión de S.E. Dr. Leonel Fernández como nuevo Presidente de la República Dominicana, el Secretario General, Dr. Peter Bridgewater, recordó al Gobierno sus obligaciones internacionales en materia de áreas protegidas. Como en su correspondencia previa con el anterior Presidente, S.E. Dr. Hipólito Mejía, y tal como se publicó en el comunicado de prensa emitido por la Secretaría de la Convención el 14 de mayo de 2004, el Secretario General expresó su gran preocupación acerca de esta ley que autorizaría la fragmentación y la reducción de las áreas protegidas en la República Dominicana con fines de desarrollo. Las recientes críticas a esta ley se han referido en su mayoría al desarrollo de infraestructuras turísticas.
Una de las áreas que podría verse afectada es el Lago Enriquillo, designado Humedal de Importancia Internacional bajo la Convención de Ramsar el 15 de mayo de 2002. El Lago Enriquillo es el mayor lago de la región caribeña y un lugar muy importante para la conservación de la diversidad biológica en esta zona, además de poseer un gran interés arqueológico. El lago alberga las tres mayores especies de reptiles en la isla de La Española, todas tres amenazadas de extinción. También es importante para más de 65 especies de aves, 5 de las cuales están amenazadas.
En su carta al Presidente, el Secretario General ruega al Gobierno de la República Dominicana respetar sus responsabilidades internacionales. Los recientes deslizamientos e inundaciones que afectaron a Haití y República Dominicana son un ejemplo de cómo una industria turística aparentemente sustentable puede verse seriamente comprometida por la degradación ambiental (deforestación, drenaje de humedales, etc.). El Secretario General ofreció todo el soporte de la Convención de Ramsar para encontrar soluciones aceptables que permitan, simultáneamente, el desarrollo sustentable del sector turístico y la preservación de los recursos naturales del país, de acuerdo con la filosofía básica de la Convención: el principio de uso racional.