La protección de los manglares requiere un esfuerzo mundial, afirma la Secretaria General
Defendiendo con fuerza la protección de los manglares, la Dra. Musonda Mumba, Secretaria General de la Convención sobre los Humedales, dio una conferencia magistral en un evento organizado por Arabia Saudita y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para celebrar el Día Internacional de Conservación del Ecosistema de Manglares este año.
Junto con el Dr. Wu Zhimin, Director de la División Forestal de la FAO, y el Sr. Khaled Alabdulkader, Director General del Centro Nacional para el Desarrollo de la Cubierta Vegetal y la Lucha contra la Desertificación (National Centre for Vegetation Cover Development and Combating Desertification), destacó la importancia de la colaboración mundial en la conservación de los manglares.
"Debemos establecer alianzas con otros esfuerzos mundiales para recuperar verdaderamente los ecosistemas de manglar", destacó la Dra. Mumba.
Un peligro inminente
Las amenazas que afectan a los ecosistemas de manglar son reales y apremiantes. Las actividades humanas son responsables del 62% de la pérdida de manglares en la última década, un porcentaje sobrecogedor, y en los últimos 50 años ha desaparecido entre el 20 y el 35% de los manglares.
En muchas partes del mundo, los manglares se han transformado para establecer estanques acuícolas y zonas agrícolas o se han eliminado para dar paso a la expansión urbanística y el desarrollo costero. No obstante, esta tasa de pérdida se ha reducido gracias a los esfuerzos de conservación, pasando de un porcentaje alarmante del 2% anual en los años 1980 al 0,04% anual.
La Convención ha confirmado su compromiso con la protección de los manglares desde sus primeras resoluciones relativas a los ecosistemas en la COP8 (2002). Ha promovido la designación de humedales de manglar como Humedales de Importancia Internacional, dando lugar al establecimiento de iniciativas regionales de Ramsar (IRR) como la iniciativa de la región de las Américas en 2009 y el Centro Internacional del Manglar en Shenzhen (China), aprobado en 2023.
El gran manglar
Los ecosistemas de manglar son esenciales para la salud y el bienestar de los animales, los seres humanos y las plantas. Constituyen lugares de gran concentración de la biodiversidad y sumideros de carbono y sirven de protección frente a amenazas naturales como la erosión y los tsunamis. La importancia de los manglares en el mundo va más allá de la protección del medio ambiente, ya que proporcionan medios de vida para aproximadamente 4,1 millones de pequeños pescadores en todo el mundo al proporcionar hábitats para peces, crustáceos y moluscos de importancia comercial.
El almacenamiento de carbono es otra función crucial de los manglares. Sus suelos anegados acumulan hasta cuatro veces más carbono que otros ecosistemas forestales, lo que equivale a unas 22,86 gigatoneladas de CO2 en el mundo según las estimaciones. La pérdida de solo el 1% de los manglares equivale a las emisiones anuales de 49 millones de automóviles en los Estados Unidos.
"Gracias a la FAO y nuestras Organizaciones Internacionales Asociadas, estamos aprendiendo más sobre cómo los manglares contribuyen a luchar contra el cambio climático y a aplicar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal”, señaló la Dra. Mumba.
Alianza mundial para la restauración de los ecosistemas
Aunque la mitad de todos los ecosistemas de manglar de mundo están al borde del colapso, los esfuerzos e iniciativas recientes demuestran que las actuaciones concertadas pueden contribuir a su conservación.
Muchos actores están contribuyendo a seguir conservando y restaurando los manglares aprovechando el impulso de iniciativas mundiales como la Alianza Mundial de los Manglares, en la que desempeñan un papel principal las Organizaciones Internacionales Asociadas a la Convención, como Wetlands International, la UICN y el WWF. Esta alianza informa periódicamente sobre el estado de los manglares y trabaja para detener e invertir su pérdida.
Estos esfuerzos y otros, junto con la dedicación de las comunidades locales, los organismos internacionales y la Convención, ofrecen un modelo para la gestión sostenible de los manglares.