Dra. Jayshree Vencatesan, India

Biografía

La trayectoria de la Dra. Vencatesan en la conservación de los humedales es un testimonio de determinación y profundo amor por la naturaleza. Lo que comenzó siendo una misión personal de solo 350 dólares de presupuesto y un impulso incansable creció hasta convertirse en una iniciativa de alcance nacional para proteger los pantanos de la India. Fue una de las primeras personas en documentar el Pallikaranai Marsh en Chennai, un pantano de agua dulce abandonado por considerarse un terreno baldío, pero con un papel fundamental en la mitigación de las inundaciones y el sustento de la diversidad biológica.

Su pasión por la conservación nació en su niñez, inspirada por el profundo respeto de su padre por el mundo natural. Hoy en día, es una aclamada científica que desafía los límites convencionales de la ciencia y aboga por la inclusión de diversos sistemas de conocimientos en la investigación sobre el medio ambiente. Como directora de un equipo de investigadoras, no solo protege los humedales sino que también supervisa la labor de la próxima generación de mujeres conservacionistas. Para Jayshree, el cambio no se produce con triunfos rápidos, sino que exige perseverancia para asegurar un efecto duradero, incluso si eso lleva décadas.

P. ¿Qué experiencia personal ha determinado o inspirado su trayectoria?

Algunas de mis experiencias podrían considerarse memorables, pero muchas otras fueron muy traumáticas o trágicas. Que mi maestra de guardería no tuviera ropa para cambiarse fue mi primera lección de pobreza. Al mismo tiempo, ver a mis vecinos vadear las aguas de inundación en busca de algún objeto de valor me enseñó que, si las personas se unen con un interés común, todo puede verse como una oportunidad para aprovechar al máximo cualquier beneficio. Ir a la escuela caminando con mis hermanos pequeños y tener que atravesar uno de los canales menores del río Godavari en época de crecidas, en un estado de indefensión y miedo, me enseñó cómo un sistema natural tranquilo puede transformarse en un torrente imparable en cuestión de segundos.

La inspiración aparece cuando el taxista que te lleva te enseña sobre la importancia de las marismas y los humedales, después de haber escuchado el día anterior un programa sobre el Día Mundial de los Humedales. Y cuando el funcionario de inmigración te para para preguntarte si eres tú la que trabaja en los humedales de Tamil Nadu, ya es como flotar en las nubes. Más recientemente, y es algo que me hace bastante feliz, encuentro inspiración en mi hija, quien ha decidido estudiar una carrera relacionada con el riesgo hídrico; también me inspiran los hombres de mi vida: mi esposo y mis hermanos, que siempre han estado ahí para apoyarme.
 

P. ¿Se ha sentido inspirada por alguien? Si es así, ¿qué aspecto de esa persona le ha resultado motivador?

Otra vez, tengo que mencionar a muchas personas: mis grandes maestros, mis mentores, mis directores de proyectos, científicos, etc. Pero la única persona a la que he intentado parecerme durante toda mi vida es a mi padre, el Sr. Mayur Narasimhan, ya fallecido. No puedo explicarlo bien, porque él era un hombre de muy pocas palabras y nunca se expresaba con grandilocuencia. Llevaba una vida simple: era generoso y bueno con cada organismo vivo, y nunca emitía juicios de valor. Creía en una vida en armonía con el mundo, y aportó su granito de arena para hacer feliz a otras personas. Entre sus amigos, estaban el langur local, una mangosta y unos cuantos perros comunitarios. Por encima de todo, tenía una fe y una confianza absolutas en que su querida hija alcanzaría las estrellas.
 

P. En su labor de conservación de los humedales, ¿cuál ha sido el reto más importante al que se ha enfrentado y cómo ha influido esta experiencia en su dedicación para crear un impacto positivo?

La naturaleza frágil de los humedales y las pocas oportunidades para restaurarlos y conservarlos cuando se han visto afectados por efectos nocivos son, sin dudas, cuestiones críticas, pero no definen o determinan la eficacia o el éxito de nuestros esfuerzos por conservar un humedal. 

He aprendido, no sin esfuerzo, que un conjunto de cuestiones, protocolos, procedimientos y sistemas aparentemente irrelevantes o no relacionados entre sí pueden ser de vital importancia para los humedales. Por ejemplo, los títulos de propiedad de la tierra dados como regalo hace 350 años a una familia inexistente, los derechos de uso relacionados con un uso que ya no es una práctica actual, entre otras cosas, truncaron y detuvieron la restauración de un importante humedal, mientras que el ego desenfrenado de un donante hizo que el último trozo de humedal en que vivía una planta acuática rara se viera como mala hierba. Esta insensatez es el mayor desafío que sigo enfrentando cuando trato de conservar los humedales. 

Mi estrategia para lidiar con ello es bastante extraña y puede incluso parecer que me resigno a mi propio destino. Me mantengo atenta a la cuestión con absoluta y férrea determinación durante años, a veces décadas, hasta que las dificultades pierden fuerza o se disipan. Supongo que la clave de todo es la perseverancia. 

P. Como mujer que ha logrado importantes avances, ¿dónde cree que se necesita más inversión para acelerar los progresos y empoderar a las mujeres en su acción en favor de los humedales?

Es sumamente importante invertir en proporcionar a las mujeres de todos los estratos de la sociedad los conocimientos técnicos modernos especializados y las competencias necesarias para la gestión de los humedales, poniendo de relieve sus conocimientos tradicionales. Esto debe respaldarse con el nombramiento de mujeres en puestos claves, donde tengan poder de decisión. Pero incluso antes de todo esto, debemos reconocer que aún persisten los problemas que afectaban a las mujeres en los años sesenta, cuando yo era una niña, como el abandono escolar o la renuncia a los estudios terciarios porque educar a una niña no es una inversión redituable, no poder acceder a estudios universitarios por la crianza de los hijos, o los techos de cristal en el mundo académico.